El trabajo de Harry Callahan es una excepción, ya que nos traslada hacia el centro de su sensibilidad privada. Durante treinta años Callahan ha fotografiado a su esposa, las calles de las ciudades, y los detalles de los paisajes pastorales a los que periódicamente ha escapado – elementos tan próximos, universales y accesibles, que uno podría suponer que un artista podría agotar sus recursos en una fracción de ese tiempo. Sin embargo, Callahan ha convertido repetidas veces estas experiencias simples en virtud de la precisión de sus sentimientos.⁣⁣

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El punto no es simplemente que Callahan haya respondido fielmente como fotógrafo a la calidad de su propia vida, o simplemente, incluso, que la fotografía haya sido su método de enfocar el sentido de esa vida. El punto es que la fotografía de Harry Callahan ha sido una forma de vida: su camino de encuentro y de hacer las paces con el día.⁣⁣

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Fotografías • Harry Callahan⁣⁣
Texto • John Szarkowski ⁣⁣